Este proyecto tuvo como propósito diseñar y producir tarjetas postales que surgen como un aporte a la reflexión sobre nuestro pasado y, en especial, tienen la intención de reconocer a los primeros pobladores indígenas de la ciudad quienes murieron defendiendo su territorio. Con las imágenes se hace tributo a los indígenas Muiscas -pobladores de la Sabana de Bogotá en la época de la llegada de los españoles- y se busca crear la idea de que ellos deberían haber mantenido sus estructuras de poder en el actual centro político de la capital de Colombia, conocido como La Candelaria.
Cada una de las 12 postales es parte de una mapa y por tanto, pieza de rompecabezas. Al armarlo se obtiene, en el tiro, el mapa antiguo y en el retiro, el mapa actual. El proyecto hizo parte de una recopilación y publicación que busca resaltar las particularidades del Centro Histórico.
Desde el punto de vista creativo, la idea fue tomar el mapa de La Candelaria e imaginar el posible territorio indígena que había en los años anteriores a la Conquista, para superponerlo al de la actualidad. Fue un ejercicio de imaginación en el que se ubicaron ciertos puntos de lo que hubiera podido haber tenido un centro poblado: lagunas, templos, lugares de adoración, señales de los puntos referencia (sol, luna, agua, fuego).
Desde el punto de vista del uso y aplicación práctica del proyecto, esta propuesta se inscribe en la necesidad de producir objetos que recuerden la historia de la ciudad y que propicien la apropiación social del centro histórico.
